2018.04.15 – Produzca buen fruto
in Sermones
Produzca buen fruto
(Juan 15:1-11)
Dios
Es agricultor.
Él
Creó al hombre en la tierra e hizo que se multiplicara, (Génesis 1:28)
Esto fue para la venida del Hijo del Hombre. (Génesis 22:17)
Dios
Envió al Hijo del Hombre al mundo para realizar su gran voluntad
Y ser glorificado por medio de Jesús. (Juan 6:38-40)
Jesús vino a cumplir la voluntad del Padre,
Siendo obediente hasta la muerte en la cruz. (Filipenses 2:6-8)
Su carne es vida eterna (Juan 6:53-55)
Y su sangre es vida.
Los que comen y beben de sus sangre
Deben manifestar las características de Jesucristo. (1 Corintios 11:26)
El agricultor, y la vid y sus frutos son diferentes,
Pero ambos tienen el mismo objetivo, tener buen fruto. (Juan 15:2)
Quien no produce buen fruto, se seca
Y finalmente es desechado.
No despreciemos a Dios, (1 Corintios 10:10)
Dios no hace nada mal,
Dios solo desea el fruto de la vid.
◌ El fruto es el resulto de la fe de los santos,
Y quien no tiene frutos, es porque no tiene fe, y no es obediente,
No tiene el interés de Dios.
◌ Nuestra obra
Es la voluntad de Dios.
De nuestro ser debe salir esta característica.
◌ Quien está con Jesús debe recibir su vida
Y su Palabra.
La Palabra de Jesús es inspiración espiritual y vida eterna.
※ Seamos cristianos.
Hagamos que Dios se goce.
Seamos el cuerpo de Jesús y manifestemos sus características.
Juan 15:1-11
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
Resumen
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Carta de Simuón
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Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.04.08 – Los que creen en Jesús, la obra de Jesús
in Sermones
Los que creen en Jesús, la obra de Jesús
(Juan 14:9-17)
Dios
Es único.
Él
Creó el mundo
Y manifestó al Señor del mundo (Salmos 100:3)
Al enviar al Verbo al mundo. (Juan 1:14)
El Verbo nos permite conocer al Creador, esta es la Verdad. (Juan 8:32)
Quien cree en Jesús conoce su obra y la hace.(Juan 14:12)
Debemos realizar la obra de Jesús. (1 Corintios 11:26)
La obra de Jesús es la salvación, la santidad, la mansedumbre y el amor.
Jesús cargó las debilidades de los otros (1 Pedro 2:24)
Y no condenó a los otros,
Amó a los santos hasta el final. (Juan 13:1)
La Iglesia es su cuerpo
Y debe recibir un gran amor desde los que son amados. (Efesios 1:23)
Nosotros
Si creemos en Jesús
Debemos solo hacer la obra de Jesucristo. (Juan 14:12)
Esta es la señal de los creyentes. (Marcos 16:17-20)
Si los que creen en Jesús realizan la obra del diablo, ¿qué esperanza queda?
Los hombres de Jesús deben realizar su obra.
◌ Debemos hacer la gran obra,
Para eso debemos orar y ser santos
Y confiar plenamente en el nombre de Jesús.
◌ Recibamos el regalo de Jesús con agradecimiento
Y seamos llenos del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es el mejor regalo.
◌ Cuando viene el Espíritu Santo lo hace para siempre
Y obra en los que creen.
De esta manera obra Jesús.
※ Quien recibe al Espíritu Santo tiene poder
Y conociendo a Jesús realiza su obra.
Seamos llenos del Espíritu Santo y hagamos su obra.
Juan 14:9-17
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Resumen
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Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.04.01 – Salvará mi alma
in Sermones
Salvará mi alma
(Apocalipsis 14:1-5)
Dios
Es el Padre eterno.
Él
Amó al mundo hasta el final. (Juan 13:1)
El cuerpo del hombre es una cáscara,
Mientras que el espíritu es el trigo. (Mateo 3:12)
La cáscara es desechada
Y el trigo es guardado en el granero.
La vida de fe es la vida de la semilla.
El trigo y la cizaña son separados.
Para recoger el trigo
Jesucristo murió en la cruz, (Hebreos 9:22)
El Espíritu Santo fue enviado, (Juan 14:16)
Se nos permitió conocer la Verdad y tener fe. (Juan 8:32)
Estos hombres
Por haber sido escogidos en el Cielo son sellados. (Apocalipsis 7:4)
Entre los israelitas son 144000
Mientras que entre los gentiles mucho serán resucitados. (Apocalipsis 7:9)
Dios entregó a su Hijo
Para salvar todas las almas,
Son almas que vivirán con Jesucristo en el Cielo.
◌ Si hicimos un pacto con Jesús no podemos cambiar.
Que nuestra alma esté con Jesús
Y viva con Él en los Cielos.
◌ Aunque en el mundo engañe la convicción
En el Cielo la fe no engaña.
El Hijo del Hombre mostró esa promesa.
◌ Los salvos por Jesús
Son santos con el Hijo del Hombre y alcanzan la resurrección
Y finalmente ascenderán con el Hijo
※ Espíritu mío, vivamos en el Cielo.
Vivamos con Dios en el Cielo.
Guardemos la fe y vivamos en el Cielo.
Apocalipsis 14:1-5
1Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.
2 Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.
3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;
5 y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.
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Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.03.25 – El vino viejo
in Sermones
El vino nuevo
(Juan 19:28-30)
Dios
Está vivo.
Él
Envió al Hijo al mundo para que gustara la muerte (Hebreos 2:9)
E hizo que viviera de nuevo, (Hechos 2:32)
Ya que Dios es eterno y no cambia. (Hebreos 4:12)
Nuestra fe es esta,
No debe cambiar. (Apocalipsis 14:4)
Los 144000 israelitas que serán sellados
Son santos (Apocalipsis 7:4)
Que desde el principio estaba con Jesús.
El vino que recibió el Señor Jesús en la cruz
Es nuevo. (Juan 19:30)
Él no recibió el vino viejo.
La sangre y carne del Señor Jesús son nuevos, son un pacto nuevo. (Hebreos 9:18)
Aunque el Señor derramó su sangre
Nosotros debemos ser el vino nuevo entregado a aquel que está sediento.
Debemos entender al Señor que está sediento. (Mateo 25:35)
Él no deseaba emborracharse en la cruz
Sino que estaba sediento.
◌ El Señor Jesús
No busca el vino viejo
Sino que siempre está sediento por el vino nuevo.
◌ La Ley es el vino añejo.
Quien busca agradarle por la Ley
Es vomitado.
◌ Él es quien busca únicamente el Evangelio
Debemos ser hombres de Verdad.
Solo podemos entregárselo por el Espíritu Santo.
※ No podemos permitir que nuestra fe sea vino añejo
Sino que debemos hacer que el Señor Jesús
Beba del vino nuevo.
Juan 19:28-30
28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.
30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
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Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.03.18 – Sea cristiano
in Sermones
Sea cristiano
(Romanos 8:1-9)
Dios
Es Padre.
Él
Sopló de su espíritu sobre el hombre que creó
Y lo convirtió en ser espiritual. (Génesis 2:7)
El hombre creado del polvo vuelve al polvo
Pero el espíritu tiene vida eterna en el cielo. (Juan 3:16)
Los néfilim solo eran polvo (Génesis 5:2)
Y encontraron su final en el diluvio;
Pero los espíritus tienen un valor eterno. (Génesis 6:2)
Los hombres del polvo vuelven al polvo por ser polvo (Génesis 3:19)
Y no pueden ser hijos de Dios (Romanos 8:14)
Pero los espirituales y su descendencia
Pueden ser convertidos en hijos de Dios. (Juan 1:12)
Los hombres del polvo siguen los deseos carnales
Y solo piensan en la carne; (Romanos 8:5)
Pero los espirituales tienen la inspiración espiritual
Siguen la voluntad de Dios y caminan con Él.
Los hombres espirituales
Reciben al Espíritu Santo y son cristianos (Romanos 8:9)
Y reciben el cielo como herencia. (Romanos 8:17)
◌ ‘Si seguimos la voluntad de “seamos hombres de Dios”
Debemos recibir el espíritu de Jesucristo.
Debemos recibir al Espíritu enviado por Jesús.
◌ Sin el espíritu de Jesucristo
No podemos ser hombres del Cielo.
Solo los que nacen del espíritu son espirituales.
◌ La carne puede ser religiosa
Mientras que lo nacido del espíritu puede ser espiritual
Y ser verdaderamente cristiano.
※ Debemos renacer
Recibir al Espíritu Santo
Y vivir solo por Él.
Romanos 8:1-9
1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Resumen
Para aquellos que no pueden vivir según la voluntad de Dios
Dios es nuestro Padre. La razón por la cual nosotros podemos llamar a Dios, Padre, es porque nos hemos convertido en un solo cuerpo con Jesucristo, el Hijo de Dios. Dios al enviar a Jesucristo, manifestá su amor hacia nosotros. Dios es amor. Pero antes de conocer con certeza está verdad tenemos que saber que tan estricta es la justicia absoluta de Dios.
Cualquiera que es cristiano estaría de acuerdo con el hecho de que uno tiene que vivir según la voluntad de Dios. También conocerá que si no vive según la voluntad de Dios no tendrá más opción que ser condenado. Pero el problema está en que ninguna persona puede vivir completamente según la voluntad de Dios. Estas palabras son lo mismo que decir que todas las personas tendrán que ir al infierno. Está es la razón por la cual Dios nos da la gracia a través del Jesucristo.
La Ley pide al hombre vivir según la voluntad de Dios. El decir que no existe hombre que pueda vivir según la voluntad de Dios, son las mismas palabras que todos en la Ley son pecadores. La muerte es lo que la Ley le pide a los pecadores. Esto es lo que Jesucristo pago al venir a esta tierra. Él aún en este momento llama a los pecadores diciendo: “Vengan y reciban la gracia, aquellos que no pueden vivir según la voluntad de Dios.”
El hombre no es un ser que cuando muere desaparece por completo. Cuando Dios creó al hombre los crea varón y hembra, ordenándoles que: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra”. El hombre según ese mandamiento lleno toda la tierra, y entre ellos Dios escogió a uno en quien le soplo aliento de vida convirtiéndolo en un ser viviente (1 Corintios 15:45). Como la carne del hombre fue creado del polvo de la tierra cuando llega su debido tiempo tendrá que volver al polvo de la tierra. Sin embargo, como el espíritu viene del cielo tendrá que regresar al cielo. Pero, como el primer Adán peco todos los espíritus que estaban dentro de él no volverán al cielo sino entrarán al infierno.
Dios ciertamente dijo a Adán: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:17). Aunque el diablo sedujo de la siguiente manera: si conoces el bien y el mal podrás ser como Dios. Adán y toda la humanidad que le pertenecía al conocer el bien y el mal no pudieron escapar de la destrucción eterna. Dios para salvar a esta humanidad planea en primero da la Ley a los Israelitas. El rol de la Ley es para el hombre conocer el bien y el mal. Y con respecto con los gentiles hace que su consciencia haga el mismo rol que la Ley. Pero a pesar de esto, las personas regresan a depender de la Ley y la consciencia incluso luego de recibir la gracia. Las personas tienen que saber con certeza que como Dios nos ha advertido desde el principio, el diferenciar el bien y el mal hace que el hombre muera.
Como el diablo conoce esta verdad, trata en cortar a los que están dentro de Jesucristo juzgando la Ley y la conciencia. Cuando una persona que tenia una gran vida de fe comete un error, el diablo le dirá en secreto susurrando: “Tu eres un pecador. Piénsalo en tu consciencia. Piensas que así vas a poder venir delante de Dios.”. Cuando una persona gozoso tiene su vida de fe cae con estos ataques del diablo, hace que sea cortado de Jesucristo y de toda gracia (Gálatas 5:4).
¿De qué forma podemos vencer estos ataques del diablo? Es aceptar la verdad de que la sangre de Jesucristo esta dentro de nosotros, y testificarlo. Apocalipsis 12:11 dice: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Esto es lo que nosotros tenemos que testificar hasta dar nuestras vidas: “Yo soy quien ha recibido la gracia por medio la sangre de Jesús”. El conocimiento del bien el mal ha venido al hombre por medio de los ataques del diablo, quien quiere separar la relación entre Dios y el hombre. Nosotros al testificar el merito de la sangre de Jesús sobrepasamos todo esto.
Redención realizada a través de la preciosa sangre
En la palabra “pecado” podemos encontrar diversos significados. El pecado que lleva a toda la humanidad a la condenación cuando Adán come del fruto del árbol de la conciencia del bien y el mal es el pecado original. El pecado original no vienen a través de las acciones de cada persona. El pecado que es cometido por la acciones de cada persona es el pecado de la conducta. Como este pecado pertenece a la carne, esto no lleva la muerte del espíritu.
Aparte de esto podemos encontrar el pecado del pensamiento. Como dice su propio nombre se refiere a pecar por medio los pensamientos y emociones. Aunque Dios dijo a Caín: “El pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.” (Génesis 4:7), Caín no puedo señorear su deso del pecado sino que lo puso en acción. De esta manera, el pecado del pensamiento es el origen del pecado de la conducta. El último mandamiento entre los Diez Mandamiento, el no codiciar, hablar del pecado del pensamiento.
El problema está en que con solo el pecado del pensamiento tendrá que recibir el juicio de Dios. Si el pecado que es cometido con el corazón también es juzgado, entonces ¿quién podría ser aceptado como justo? Jesús dijo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulterado con ella en su corazón. En conclusión, como Romanos 3:10 dice: “No hay justo, ni aún uno”.
El hecho de que todas las personas son pecadoras significa que todo hombre ha sido condenado. Sin embargo, Dios hace conocer que hay un camino para que el pecador pueda vivir la cual es la redención. En el primer pacto al derramar la sangre de los animales el pecado del hombre era redimido. Sin embargo, como los animales no son seres espirituales esa sangre solo puede redimir el pecado de la carne. Para que el hombre no vaya al infierno tiene que solucionar el pecado espiritual, es decir el pecado original; para esto es la sangre de Jesucristo.
Los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan el Bautista (Mateo 11:13). Juan el Bautista al bautizar a Jesús da por terminado el rol de los profetas y la Ley. El derramamiento de la sangre de las ovejas y cabrios en el primer pacto, era la profecía de la muerte y derramamiento de la sangre de Jesucristo en la cruz. También las palabras de Dios: “En el día que comieres ciertamente morirás” dichas a Adán, era profecía de que el Hijo de Dios iba a morir derramando su sangre en el instante en que Adán pecara. Por lo tanto, Jesús antes de dar su último aliento en la cruz clamó: “Todo es consumado”, teniendo en mente todas las profecías.
Ya no pertenesemos más a la Ley sino a Jesucristo a través del bautismo
Aunque las personas mataron a Jesús en la cruz juzgándolo como pecador y criminal, Dios lo resucita a los tres días. Antes de ascender Jesús dijo a sus discípulos: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19-20). Los discípulos al escuchar estas palabras le obedecieron. Y luego ahora que ha pasado dos mil años, nosotros también recibimos el bautismo y nos convertimos en cristianos.
El bautismo no es una consciencia. La consciencia es una parábola, pero Jesús quien ha destruido toda parábola, no da nuevamente la parábola. El bautismo es separarnos de la Ley y de la consciencia que diferencia el bien y el mal para unirnos a Jesucristo. De la misma forma como el diablo engaño diciendo: “Come del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal. Si comer de ello serás como Dios.”, hoy en día engaña a las personas diciendo: “Tienes que vivir por la Ley. Tienes que vivir con la consciencia. Así no morirás sino que podrás ser como Dios”. Los que caen en ese engaño tratando de cultivar su intelecto y voluntad en diferenciar lo bueno y lo malo, al final les espera la destrucción.
Solo las personas que a través del bautismo han sido transferidos a Jesús pueden recibir el Espíritu Santo. Las personas que creen en Moisés no pueden recibir el Espíritu Santo. Las personas que siguen a los profetas no pueden recibir el Espíritu Santo. Solo aquellos que han sido transferidos en Jesús pueden recibir el Espíritu Santo (Juan 7:38-39). Por lo tanto, la persona que ha recibido el Espíritu Santo no cuelga de la consciencia que hace conocer el bien y el mal nuevamente, sino aceptan la gracia que ha recibido. Al aceptar la gracia, tenemos que hacerlo hasta poder superar la consciencia que diferencia los bueno y lo malo.
Jesús nos dijo: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32). Las personas que no conocen la verdad tiene su vida de fe con su consciencia. Sin embargo, incluso la persona que en el pasado haya recibido la gracia y saboreado los dones del Espíritu Santo comienza a depender de la consciencia nuevamente no tendrá más opción que ser condenado. La persona que depende de la consciencia al final será juzgado por ella, y el diablo tomará esa oportunidad para oprimir a esa persona. No existe persona que pueda vencer la opresión del diablo por sus propia fuerzas. Para ser libre de los ataques del diablo necesitamos aceptar la sangre de Jesús y testificarla. Tenemos que confesar: “Jesucristo, el Hijo de Dios, redimió mi pecado al derramar su sangre. Yo he recibido el bautismo en Su nombre. Yo ahora pertenezco en su interior. Yo he recibido la gracia. Yo pertenezco a Jesús.”.
Sobrepase la conciencia que hace conocer el bien y el mal con el Espíritu Santo
El diablo tratará de tomar está confesión de nosotros. El diablo dirá: “El creer en la sangre de Jesús no tiene ningún valor. ¿Acaso tu no tiene la consciencia? ¿Será que una persona que cree en Jesús puede actuar de esa forma?”. El diablo estimulará la consciencia y tratará de bloquear el poder de la sangre preciosa. La persona que caen en esta trampa del diablo y dependen de la consciencia, eventualmente tendrá que recibir el juicio. Por lo tanto, tenemos que aceptar la sangre preciosa. Tenemos que sobrepasar la consciencia que hace conocer el bien y el mal con la fuerza del poder de sangre preciosa. Por eso, en cambio de solo creer con el corazón el poder de la sangre, tenemos que predicarla. Si cada Día del Señor tomamos la santa cena y no predicamos la sangre de Jesús, eventualmente seremos oprimida por la consciencia, y por medio de ello su corazón puede debilitar y su cuerpo tener una enfermedad (1 Corintios 12:29-30).
Existe la tendencia del pensar que es fácil el ser cristiano. Como con frecuencia escuchamos las palabras: “Solo tiene que creer. Solo tiene que recibir la gracia”, pueden pensar de esa forma. Sin embargo, el ser cristiano no es algo fácil. Como existe la consciencia, la Ley y opresión del diablo no es fácil el sobrepasar todo esto. Solo los que han vencido todo esto pueden disfrutar de la verdadera libertad.
Romanos 8:6 dice: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”. Como la consciencia, dice que el pensamiento de la carne son la muerte. Por lo cual en el versísulo 13 dice: “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis”. Si perseguimos la consciencia, aunque puede recibir cumplidos en esta tierra, su espíritu no podrá ser transferido a Dios. A lo contrario, la gracia y la verdad son cosas que el espíritu necesita, y lo que nos trae es la vida y la paz.
El primer pacto fue cumplido a través de la sangre preciosa, y ahora nosotros estamos dentro del nuevo mandamiento. Por lo tanto, ¡reciba el Espíritu Santo! La persona que no recibe el Espíritu Santo aunque pueda convertirse en un religioso que depende de la consciencia, no puede convertirse en un cristiano que pertenece dentro de la gracia. La personas que ha recibido el Espíritu Santo no solo saborea su poder, sino sea lleno del Espíritu Santo. Reciba la llenura del Espíritu Santo hasta el punto de sobrepasar la consciencia que diferencia el bien y el mal. No sea satisfecho por el simple hecho de hablar en lenguas, sino reciba la llenura del Espíritu Santo para poder manifestar los diversos dones y poderes del Espíritu Santo. Reciba la certeza del merito de la preciosa sangre a través del Espíritu Santo, y testifique con el Espíritu Santo la gracia de esa sangre preciosa.
Carta de Simuón
Pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.03.11 – Haga tesoros en los cielos
in Sermones
Haga tesoros en el cielo
(Mateo 6:19-21)
Dios
Es quien creó el Cielo.
Él
Creó el mundo y todas las cosas que hay en él
Y estas son sombras de lo celestial. (Hebreos 8:5)
La civilización es también sombra de lo celestial.
No se quede en las sombras (Lucas 12:20)
Lo que está en el cielo es más mayor bendición.
Lo entregado a Dios es bendición en cielo. (2 Corintios 9:5)
¿Cuál es la bendición celestial?
Lo que está en la tierra es sombra de lo celestial.
Por las sombras no puede ser salva el ama (Lucas 16:25)
Ni puede el alma recibir bendición. (Mateo 6:20)
Lo terrenal no es bendición
Sino una sombra de lo celestial.
En la tierra solo está la sombra de la bendición
Pero la bendición real es celestial.
Al ofrendar (Malaquías 3:16-18)
Nos hacemos propietarios de lo real que está en los Cielos.
Esto
Es recordado por Dios.
◌ No sea tacaño por su espíritu.
Lo que Dios entrega es celestial
Es la realidad del cielo y puede ser apropiada eternamente.
◌ Hacerse pobre voluntariamente en la tierra
Es guardar tesoros en el Cielo.
Esto es fe.
◌No codiciemos la sombra terrenal
Y guardemos lo celestial.
La ofrenda entregada no se pierde sino que está en el Cielo.
※ Si guardamos solo lo terrenal,
No podemos tener la bendición celestial.
Ofrendemos a Dios y expandamos el reino de los cielos.
(Mateo 6:19-21)
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen,y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Resumen
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Carta de Simuón
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Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.03.04 – Jesús es sentenciado a muerte
in Sermones
Jesús es sentenciado a muerte
(Mateo 27:11-26)
Dios
Es perfecto.
Él
Completó todo lo planeado para el Hijo
Y siendo glorificado, salvó a la humanidad. (Juan 19:30)
Jesús recibió la sentencia de muerte
Y fue condenado a morir colgado en la cruz, (Juan 19:15-16)
Siendo esta muerte y madero de maldición. (Gálatas 3:13)
En este momento
Murió el Rey de los judíos (Juan 19:19)
Y vivió el Hijo de Dios. (Hechos 2:32)
La Ley fue muerta (Hebreos 8:13)
Y la Verdad resucitó. (Juan 16:13-14)
El pecado de la humanidad murió (Romanos 7:6)
Y vivió la justicia de Dios. (Romanos 8:33)
• Murió el primer Adán (Romanos 5:19)
Y el último Adán vivió. (Romanos 5:17)
• Abrogó el primer pacto (Hebreos 7:18)
Y estableció el nuevo pacto. (Hebreos 8:8-10)
• Por Pilato murió el Nazareno que era sin pecado (Mateo 27:24)
Y el creyendo resucitó por el Espíritu Santo. (Juan 14:17)
◌ ¿Quién vive en la Iglesia?
Jesucristo
El Señor Jesús salvó nuestra alma.
◌ ¿Quién es el dueño de nuestro hogar?
Es Jesucristo, la vida eterna,
Quien murió en la cruz y resucitó.
◌ ¿Quién es dueño de nuestra alma?
Es Jesús
A través del Espíritu Santo.
※ Esta es la voluntad de Dios
Que es una realidad histórica
Que se cumple al mismo tiempo en el Cielo y la Tierra.
(Mateo 27:11-26)
11 Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió.
13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
15 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen.
16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.
17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?
18 Porque sabía que por envidia le habían entregado.
19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.
20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.
21 Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás.
22 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: !!Sea crucificado!
23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: !!Sea crucificado!
24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.
25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.
Resumen
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Carta de Simuón
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Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.02.25 – Guarde el Día Santo
in Sermones
Guarde el Día Santo
(Hebreos 10:19-25)
Dios
Es Padre.
Él
Creó todas las cosas por el Hijo. (Hebreos 1:2)
Además, para recibir la herencia (Hebreos 1:3)
El Hijo se hizo humilde y obediente, (Filipenses 2:6-8)
Vino a participar de la muerte (Hebreos 2:9)
Y recibir todo lo que era para Él.
Finalmente, por los espíritus que compró con su sangre
Entregó y selló con el Espíritu Santo. (2 Corintios 1:21)
El Espíritu Santo creó la Iglesia (Hechos 20:28)
Y lo nombró el cuerpo de Jesucristo (Efesios 1:23)
Y no desea que se disperse. (Juan 10:11)
El día santo es un gran mandamiento como el del fruto del bien y del mal.
El día de reposo y del Señor son ambos del Señor. (Marcos 2:27-28)
Así como quien no guarda el día de reposo no puede vivir
El día del Señor también es santo. (Isaías 58:13)
Quien guarda el día del Señor es santo.
En este día
Jesús resucitó
Y es el día en que vino el Espíritu Santo. (Hebreos 10:23-25)
◌ La Iglesia es el cuerpo del Señor.
El día santo es el momento de guardar el cuerpo del Señor.
El día santo y el día del Señor son lo mismo.
◌ Quien evita la congregación
Rasga al Señor Jesús
Y por lo tanto es traicionero.
◌ Guardar el día del Señor
Es la fe del regreso del Señor Jesús
Y el mandamiento del Señor Jesús.
※ Guardemos el día del Señor.
Tengamos la fe que vence al mundo.
Debe ser el día de gozo donde nos encontramos con el Señor Jesús.
Hebreos 10:19-25
19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Resumen
La humildad y obedencia del Hijo delante de Dios
Dios es Padre. Aunque nosotros no conocíamos la verdad de que Dios es Padre, el Hijo de Dios manifestándose en esta tierra hace conocer esta verdad. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. El Verbo que se hizo carne es Jesús. Dios testifica que Él es su hijo amada y Jesús llama a Dios, Padre.
Dios Padre y el Hijo son iguales como Dios. Sin embargo, el Hijo de Dios señala al Padre diciendo: “El Padre mayor que yo es.” (Juan 14:28). El Hijo de Dios se rebaja a sí mismo delante del Padre. Jesús señalándose a sí mismo dijo: “Yo soy manzo y humilde.” (Mateo 19:11). El Verbo en cualquier situación en la que tuviese no se enojo ni se quejo delante del Padre, sino que le obedece y se someté.
La obediencia es entender y aceptar la ordenanza por quien fue dada y cumplir con ello. La sumisión es cuando uno aunque no entienda la ordenanza del que le ordena, aún respetando su decisión cumple con esa ordenanza. Dios siendo aquel que es invisible, y el hecho de que nosotros hemos podido conocer a Dios, no es solo por la obediencia del Hijo de Dios al mandamiento del Padre sino es porque manifiesta completamente la voluntad de Dios al someterse hasta la muerte.
De esta forma, el conocer la obra que fue realizada entre el Padre Dios y el Hijo es el evangelio. Dios para cumplir su voluntad enviá al Hijo en al mundo, el Hijo al venir al mundo no hace su propia voluntad sino que solo hace la voluntad del Padre. Nuestra fe es conocer esta obra que fue realizada entre el Padre y el Hijo, y de la misma forma como el Hijo obro delante del Padre nosotros también obedeceremos y nos someteremos delante de Dios.
Producir el primer fruto de la fe hasta el final
Los cristianos conocen cuan seria fue el resultado de Adán al comer del árbol del bien y el mal. La acción en sí de comer del fruto puede no ser un gran problema. Sin embargo, como Dios ya había dicho: “En el día que comieres de ello, ciertamente morirás.”, Adán quien comió de ello no tiene camino de evitar la muerte. Así tan temerosa es el desobedecer el mandamiento de Dios. Entonces, ¿será que esta bien el no prestar atención a los otros mandamientos que Dios nos ha dado?
Cuando las personas comienzan sus vidas de fe, ¿cual es la gracia que experimentan por primera vez teniendo poco conocimiento sobre Dios? Es cumplir con el Día del Señor. Cualquiera que tiene fe en el Día del Señor va a la iglesia y rinde el culto. El culto es el primer fruto que uno obtiene luego de que uno recibe la salvación de Cristo. En Apocalipsis 14:4 dice sobre los ciento cuarenta y cuatro mil Israelitas que en los postreros días estarán junto con el Cordero cantando un cántico nuevo diciendo: “Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.” Si queremos participar en la primera resurrección en los postreros días nunca, en cualquier situación, debe ser negligente al guardar el Día del Señor, que es el primer fruto de nuestra fe.
El guardar con el Día Santo es para propia edificación
El Día Santo viene a ser del séptimo día en el cual Dios descanso luego de crear toda la creación en los seis días. Génesis 2:2 dice: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.” Dios al tener el pacto con Israel en el Monte de Sinaí, ordeno que recordarán ese día y guardarán el día de reposo. Esto es un tipo de parábola. Jesús según la voluntad del Padre vino a esta tierra y cumple con toda la obra que el Padre le ordena, y en la cruz luego de exclamar: “Consumado es.”, expira (Juan 19:30). Y descanso de Su obra por dos días. Ese día era el día de reposo.
El primer día luego del día de reposo, Jesús resucito. En la carne que resucito era el cuerpo espiritual. Luego Él subió al cielo, y en ese lugar enviá al Espíritu Santo y edifica Su cuerpo, la cual es la iglesia. La iglesia es el cuerpo de Jesús. No es un cuerpo que murió y está en el tumba, sino ¡es el cuerpo que resucito! Cada uno de nosotros somo miembros que completan el cuerpo del Señor. Cuando nosotros nos reunimos en el Día del Señor estamos completando el cuerpo del Señor.
Jesús dijo: “El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.” (Marcos 2:28). Jesús no solo es el dueño del Día del Señor sino también es el dueño del día de reposo. Luego de crear toda la creación por seis días y descansa en el séptimo es Jesús, también el que da el mandamiento de no hacer nada en ese día es Jesús. Aunque allá dicho: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.” (Marcos 2:27). Muchas personas piensan que tienen que sacrificarse grandemente por el Día Santo. Sin embargo, tenemos que conocer claramente que el guardar el Día Santo es para nuestro espíritu, y no es que nosotros nos estemos sacrificando por ello.
El corazón que anhele el Día Santo
El primer día luego del día de reposo es el día en que Jesús resucita, y también es el día en que el Espíritu Santo viene. El hecho de que el Espíritu Santo haya morado en nosotros es la certeza de que Jesús esta dentro de nosotros. Por lo tanto, cualquier cosa que es dado por el Espíritu Santo tenemos que recibirlo abiertamente. Algunas personas que aún hablando en lenguas del Espíritu Santo no mucho después lo menosprecia y no las usan Esta acción es maltratar a su propio espíritu. Nosotros tenemos que dar la bienvenida a cualquier cosa que viene del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no solo trata en darnos las lenguas sino que nos da todo tipo de dones. Las personas que lo desean anhelarán el Día del Señor con todo fervor.
El Día Santo es la primera experiencia que obtenemos al seguir el llamado del Espíritu Santo luego de que escuchar la noticia de la resurección del Señor. Pero la Biblia nos advierte que cualquiera personas que han participado en el Espíritu Santo y caen no podrá ser renovado ni tendrá forma para volver a arrepentirse (Hebreos 6:4-6). El guardar con el Día del Señor es la mejor experiencia que tenemos al participar en el Espíritu Santo. En el caso de que aun haya conocido el valor de esta experiencia y lo toma a la ligera, entonces ¿cual sería el resultado de esto? Cuando una persona que guardaba el Día del Señor santamente por alguna razón peca en no guardarla, al principio sentirá ansiedad. Pero si esto se repite una y otra vez la ansiedad desaparecerá y en cambio tratará en justificar sus acciones.
La razón por la cual Dios hace que cumplamos con el Día Santo es para darnos la vida, no para quitárnosla. El Día Santo es como la vida. Por lo tanto, tenemos que guardar el Día del Señor santamente sin importar la situación o la condición en la que estemos. No debemos negar la gracia que Dios nos ha dado sino tenemos que participar en el Espíritu Santo y beneficiar a nuestro espíritu. De la misma forma como la mujer que se ha comprometido espera al novio, tenemos que esperar el Día del Señor con todo fervor.
Por lo tanto, el maestro Pablo enfatiza, que cada primer día de cada semana cuando vengamos a la iglesia traigamos nuestras ofrendas, al traerla no la entreguemos en tacañez ni obligados sino que sea preparada de ante mano (1 Corintios 16:1-2, 2 Corintios 9:5-7). La razón por la cual el maestro Pablo enfatiza en ello, es porque Jesús dijo, donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón (Mateo 6:21). Cualquiera que prepara sus ofrendas para entregar el Día del Señor es como si en su corazón está lleno del deseo: “Voy a ir delante de Dios para recibir la gracia de Dios. Deseo recibir la palabra. Deseo recibir los dones del Espíritu Santo.”.
No paren de reunirse, sino anímense unos a otros
La muerte de Jesús en la cruz destruye la pared que bloquea la relación entre Dios y el hombre. En el Antiguo Testamento en el templo de Dios existía el lugar santo y el lugar santísimo. El lugar santo era el lugar donde los sacerdotes entraban todos los días para servir a Dios, y el lugar santísimo como era el lugar donde moraba el nombre de Dios, solamente el sumo sacerdote podía entrar una vez al año. El lugar santo y el lugar santísimo eran divididos por medio del velo, pero cuando Jesús expiro ese velo fue rasgado en dos de arriba hacia abajo (Marcos 15:38). Esto nos dice que el pecado que bloqueaba la relación entre Dios y el hombre fue destruida. En otras palabras, Jesús al morir en la cruz el rol de la ley que juzgaba al hombre es completada.
Hebreos 10:19-20 dice: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.” Las personas que dependen de la sangre de Jesús tienen la esperanza. La esperanza esta en que en los postreros días resucitaremos e iremos al cielo donde Jesús ha ido. Lo importante está en guardar esa esperanza hasta ese día en que Jesús vuelva de nuevo, pero para esto los santos tienen que reunirse continuamente para recordar y animarse uno al otro. Sobre esto los versículos 23-25 dicen: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tiene por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” La persona que espera la segunda venida del Señor, no dejara en congregarse sino tratará en reunirse una otra vez.
Reciba continuamente la savia de la vid
Jesús dijo: “Yo soy la vid, y vosotros los pámpanos.” (Juan 15:5). Los pámpanos pueden tener el fruto al ser conectados a la vid. Los pámpanos que aunque estén conectados no reciben la savia de la vid, entonces se secará y en conclusión no tendrá más opción que romperse. Nosotros tenemos que ser pámpanos que continuamente reciba la savia de la vid. Para eso el guardar el Día del Señor tiene que ser fundamental. El cumplir con el Día del Señor no es el sacrificarse uno mismo, sino es recibir todo tipo de cosas buenas de Dios. El recibir los dones del Espíritu Santo, es recibir el amor de Dios, es recibir la vida.
Hebreos 10:26-27 dice: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.” Las personas que conocen la verdad y vuelven a su vida pasada no podrán recibir la redención nuevamente. El lugar donde ellos tiene que entrar en el fuego de azufre. Para no terminar con este final miserable, el cumplir con el Día del Señor tiene que ser fundamental. No debemos convertirnos en personas que caigan luego de participar en el Espíritu Santo. La persona que participa en el Espíritu Santo tiene que recibir Su guía en toda su vida.
Carta de Simuón
Pronto
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Traduccion de la sintesis: Da Un Chung
Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
2018.02.18 – El buen fruto
in Sermones
El buen fruto
(Mateo 7:15-23)
Dios
Es Dios de justicia.
Él
Juzga al mundo con justicia
El mundo tiene buenos y malos frutos.
El buen árbol produce buen fruto
Pero el malo produce mal fruto.
La Ley produce mal fruto (1 Corintios 15:56)
Pero el Evangelio buen fruto. (1 Corintios 15:57)
El mal fruto busca condenar (1 Corintios 15:19-21)
Pero el buen fruto tiene amor. (Gálatas 5:22)
Se puede conocer el árbol por sus frutos.
¿Qué frutos debemos dar?
Quien se aferra a la Ley no puede producir buen fruto
Pero quien vive bajo la gracia no puede dar mal fruto.
Por sus frutos es conocido el árbol
¿Qué tipo de fruto ha tenido?
¿Buen fruto?
¿Mal fruto?
No todo el que dice ‘Señor, Señor’ tiene buen fruto.
Quien vive según la voluntad de Dios es buen árbol (1 Corintios 15:58)
◌ Seamos buen árbol
Y tengamos buen fruto.
Según la voluntad de Dios produzcamos buen fruto.
◌ Solo por el Espíritu Santo podemos producir buen fruto.
Glorificar el reino de Jesús
Es buen fruto.
◌ Realizar la voluntad de Dios es el buen fruto.
Por los frutos se puede conocer.
Estar con Jesús produce buen fruto.
※ Nuestra Iglesia es el buen árbol.
Produzcamos buen fruto
Y glorifiquemos a Dios.
Mateo 7:15-23
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Resumen
La justicia justo y la justicia que viene mediante la fe
Dios es Dios de justicia. La justicia se refiere a la ley de Dios que incluso Él mismo tiene que cumplir. En el momento en que Dios dijo a Adán: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día de él comieres, ciertamente morirás.”, esto se convierte en la justicia. Por lo cual en el momento en que Adán desobedece ya no hay manera para que pueda escapar del castigo eterno. Dios para salvar a este enviá a su Hijo al mundo, y Jesús cargando con el pecado de Adán tuvo que morir derramando su sangre en la cruz. Esta es la justicia, que incluso el Hijo de Dios no puede evitar.
El problema está en que en los días postreros todas los que han sido creados será sujeta al juicio de justicia. En ese momento, muchos ángeles y personas serán enviados en las llamas del fuego, y solo los que han sido aceptados como justos por Dios no serán destrucción sino que obtendrán la vida eterna. No habrá ley o criatura que pueda lastimar a las personas que son justificados por Dios. Esto es porque si Dios desclara: “Tu eres justo”, entonces esto se convierte en justicia.
Entonces, ¿quienes son los justo? Son las personas que tienen la fe. Esta fe no se refiere a la convicción que urge dentro del corazón del hombre, sino es la fe que Dios ha revelado. Esta fe es la fe que ha salido de Dios, es la fe propia de Dios. Cuando esta fe esta dentro de nosotros, Dios nos justifica como justos. Como esta evidencia es mucho más fuerte que la Ley, no importar que tipo de criterio la Ley tenga no nos puede juzgar. Esto es porque esta evidencia fue jurada por Dios a través de su Hijo.
En el mundo no existe persona que no tenga pecado. Esto incluye a los que no han robado o dicho una mentira. Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:27-28). No importa que tan bueno sea una persona en sus acciones ya ha pecado en su corazón, y es algo que Dios conoce. Por lo tanto, no hay forma que el hombre tenga la salvación por su propia justicia. El único camino por el cual el hombre puede tener la salvación es obtener la fe que Dios nos ha dado. Y esta es la razón por el cual tenemos que predicar el evangelio.
El regresar a la Ley es cambiar de dirección hacia el infierno
Nosotros hemos recibido el bautismo en el nombre de Jesucristo. Aunque el bautismo dado por Juan el Bautista en agua pueda dar la experiencia en la carne, no puede dar la experiencia en el espíritu. El recibir el bautismo en Su nombre obedeciendo al mandamiento que Jesucristo nos ha dado es completamente diferente. Este es el bautismo en agua y Espíritu Santo la cual trae la experiencia en la carne y en el espíritu. Aunque las personas que han recibido el bautismo de agua dado por Juan el Bautista confiesen: “Soy pecador”, esto no puede dar la salvación del espíritu. Sin embargo, el bautismo dado por el nombre de Jesucristo salva a nuestro espíritu.
1 Pedro 3:20-21 dice: “Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo”, mencionando a los ocho parientes de Noé que recibieron la salvación en el diluvio. Israel al salir de Egipto cruzaron el Mar Rojo. 1 Corintios 10:2 dice que ellos recibieron el bautismo en el mar. De esta misma forma, el bautismo es enterrar el viejo ser y unirnos a Jesucristo; por lo cual todos los que están en Él recibirán el mismo trato que Él recibe de Dios. No debemos menospreciar el bautismo. El bautismo es vínculo que conecta el hombre y Dios. En el caso de que si una persona que ya ha recibido el bautismo no tiene la certeza y siente que tiene que volver a tomarlo, probablemente no se ha unido a Jesucristo.
Nosotros hemos recibido el bautismo en el nombre de Jesucristo. Por lo tanto, ya no somos pecadores. Dios ya nos ha aceptado como justos. Aunque en el pasado cuando eramos pecadores la maldición y la muerte nos dominaba, ahora la paz y la vida nos domina. Por lo tanto, aquel que ya ha recibido la salvación trata en volver a estar bajo la Ley es insensato. La Ley es la ley que fue dada luego de que el hombre haya caído, por lo cual su rol es en sí es condenar a las personas. El hecho de que las personas que ya se han unido a Jesucristo deciden en volver a la Ley, es igual a un hombre que esta yendo al Reino de los Cielos y decide en regresar al infierno.
El buen árbol y el árbol malo
Jesús dijo: “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.” (Mateo 7:17-18). Muchas personas al pensar en las palabras “buen árbol” y el “buen fruto”, piensan en actividades como ayudar a los pobres o el uso de buenas palabras que hacen respetar a las otras personas. Su interés está en distinguir que lo bueno y lo malo.
La Ley hace que las personas diferencien lo bueno y lo malo. La razón por lo cual Dios da al pueblo de Israel la Ley, luego de estar por cuatro cientos años en Egipto, es para que ellos con la consciencia de fe diferencien lo bueno y lo malo. Para los gentiles su propia consciencia hace el mismo rol que la Ley hace en los israelitas. Aunque ellos no se les fue dada la Ley, la consciencia que ellos tienen se convierte el criterio que diferencia el bien el mal. De esta manera, la Ley o la consciencia hace que el hombre diferencia lo bueno y lo malo. Lo que Dios desea obtener por ello es que el hombre confiese: “¡Yo soy pecador!”. No existe nadie que pueda escapar el juicio de la Ley o la consciencia.
Existen algunas personas que dicen que son limpios según su consciencia. Sin embargo, el hecho de que una persona por no reconocer que es un pecador, no significa que no lo sea. Lo importante es el juicio de Dios y no la del hombre. En el caso de si uno tome del veneno sabiendo que es veneno o no, el resultado de ello es lo mismo, la muerte. El tratar de recibir la justificación por medio de acciones que van acorde con el juicio de diferencia lo que es bueno y malo, no solo no tienen ningún significado, sino hace que las personas se alejen de la gracia de Dios.
Gálatas 5:4 dice: “De Cristo os desligasteis, lo que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” ¿Qué es lo puede hacer la rama al ser desligado del árbol? Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5). ¿Cómo puede una persona que ha sido cortada de Cristo tener los frutos que Dios desea? Más allá, ¿cómo puede una rama que no tiene fruto sobrevivir?
El buen árbol se refiere a la personas que pertenece a Cristo, y el árbol malo a las personas que pertenecen a la Ley. Por la razón de que Jesús haya usado el buen árbol y el árbol malo como parábola no debemos entender esto como palabra de bendición. Jesús vino a esta tierra para salvar a la humanidad que tuvo que recibir el castigo eterno, Él no vino para dar palabra de bendición. Jesús vino para salvar a los israelitas que fueron condenados por la Ley y la humanidad que fue condenada con la consciencia.
Entre las obras que Jesús hizo al venir a esta tierra la más significante es que murió en la cruz derramando su sangre. Entre Dios y nosotros había una pared que es el pecado. Jesús murió en la cruz de acuerdo a las peticiones de la Ley, por lo que destruye la pared del pecado que estaba entre Dios y nosotros. Por lo tanto, las personas que están dentro de Jesús ahora son personas que han muerto a la Ley y la consciencia. Por lo cual, ya no tiene ningún significado en diferenciar lo bueno y lo malo con esos criterios.
El fruto del buen árbol y el fruto del árbol malo
Jesús dijo: “Guardaos de los falsos profetas, que viene a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 7:15-16). Las personas que llevan la palabra de Dios condenando a las persona según la Ley o la consciencia no son más que falsos profetas.
¿Cuales son sus frustos? 1 Corintios 15:56 dice: “La muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.” Esto significa que en donde está la Ley, el pecado obra, y donde el pecado está, está la muerte. Por lo tanto, el tratar de estar debajo de la Ley es lo mismo que tratar de estar la maldición. Los religiosos piden es su propia justicia, no es la gracia. Aunque ellos piensen que son personas que se esfuerzan para vivir una vida amablemente, esto solo es su propia satisfacción que los aleja de la oportunidad de recibir la gracia.
Juan 1:17 dice: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” ¿Qué tipo de árbol es usted? ¿Será que es un árbol que tiene raíces de la gracia y la verdad? Si esto es así, entonces usted tendrá frutos de paz y vida. Sin embargo, si es un árbol que tiene la raíces en la Ley, no podrá tener más frutos que no sea del pecado y de la muerte.
También las personas llenas del Espíritu Santo que han servido a la iglesia, en el instante en que comienza a diferenciar lo bueno y lo malo su fe puede derrumbarse, como la casa que es derrumbada al ser edificada en la arena cuando la tormenta viene (Mateo 7:24-27). Nosotros tenemos que convertirnos en personas del Espíritu Santo que permanecen en la gracia, en cambio de ser personas que diferencian lo bueno y lo malo con nuestra propia consciencia. No seamos personas que son cortadas de Cristo y de la gracia, sino seamos personas que han recibido la aceptación de Dios como justos. Sostengamos la vid y demos buenos frutos.
No es correcto que la persona que es justificada por Dios juzgue y condene a las otras personas con el bien y el mal. La Ley no es el único mandamiento, sino la gracia también es mandamiento. De la misma forma como uno si menosprecia la Ley la carne recibe la maldición y el castigo, al menospreciar la gracia el espíritu es quien recibe la maldición y el castigo. Aunque saben temer el mandamiento de la Ley, ¿cómo pueden no temer el mandamiento de la gracia?
Tenemos que recibir la gracia. Nosotros somos pecadores que tenemos que ir al infierno si no tenemos la gracia. Solo las personas que han recibido la gracia puede salvar a otros espíritus. El espíritu de las personas que pertenecen al árbol malo, que es la Ley, solo recibirá la maldición y la muerte. No haga que el propósito por el cual Jesucristo vino al mundo sea en vano, sino sea el buen árbol que tiene su raíz en la gracia.
Carta de Simuón
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Traducción del resumen: Eun Sol Jang
Interpretación: Eun Sol Jang
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