Servicio del Día del Señor del 2 de marzo del 2025
Someteos a sus propios maridos, como al Señor
(Efesios 5:22-24)
Pastor Sung Hyun Kim
La sumisión de la iglesia a Cristo no es hecha contra su voluntad. Para la iglesia, someterse a Cristo es algo completamente natural. Esto se debe a que Cristo no es simplemente un gobernante o un soberano para la iglesia, sino Aquel que se sacrifica por ella y, con amor devoto, busca su felicidad. La iglesia siempre reflexiona de cómo puede agradar a Cristo. Se esfuerza por comprender Su voluntad y seguirla. Además, nunca deja de alabar a Cristo con cánticos. La iglesia confía en Cristo plenamente.
Cuando una esposa llena del Espíritu Santo se somete a su esposo, esto se convierte en una confesión de fe. A través de su sumisión, ella glorifica al Señor, y su hogar se convierte en un lugar donde Cristo es bienvenido. La sumisión de la esposa permite que la felicidad del Señor fluya en su familia. En ese momento, el esposo debe tomar a Cristo como modelo. Así como Cristo lo hizo hacia la iglesia, el esposo debe amar, cuidar, proteger y guardar a su esposa. Debe animarla, ayudarla a crecer y estar dispuesto a sacrificarse por ella. De esta manera, la sumisión de la esposa no será forzada, sino voluntaria.
En el corazón de un esposo que ama a su esposa, no hay lugar para el egoísmo. La autoridad del esposo solo debe manifestarse a través de un amor sacrificial. Cuando el esposo y la esposa se aman y se someten el uno al otro según el orden establecido por Dios, su hogar deja de ser un espacio privado y se convierte en un lugar santo donde se cumple la voluntad de Dios. Cuando la relación entre esposo y esposa refleja el misterio de Cristo y la iglesia, el mundo podrá ver el reino de Dios a través de su hogar. Obedezcamos la voluntad del Señor que nos ordena a amarnos y someternos mutuamente. Testifiquemos la felicidad eterna escondida en la relación entre Cristo y la iglesia.