2016.12.18 – Jesús, el que vino al pozo
in SermonesJesús, el que vino al pozo
(Juan 4:1-14)
Dios
Es aseidad.
Él
Envió al Hijo al mundo
Para que el mundo reciba gracia. (2 corintios 13:13)
Aunque el mundo es suyo, (Salmos 100:3)
El mundo no le conoció. (Juan 1:10)
El viene al pozo por agua.
El agua le pertenece al Creador (Génesis 1:7)
Sin embargo, el hombre la posee temporalmente.
Jesús vino al mundo, pero el mundo no le reconoció;
El pide agua
Pero los hombres del mundo, excusándose en sus circunstancias, le rechazaron. (Juan 4:11)
Lo que le rendimos al Señor es como el agua,
Nuestro cuerpo, posesiones y tiempo, son como el agua.
Si entendemos la petición del Señor,
Buscaremos algo mejor para Él.
Ya que el cuerpo y la sangre del Señor son promesa de vida eterna, (Juan 6:53-55)
No debemos rechazar al Señor que viene a nosotros.
El Espíritu Santo habita en nuestros corazones,
Y el Señor también lo hace. (1 Juan 4:13)
○ El mundo es como Samaria.
La Iglesia es el pozo al que viene Jesús.
¿Qué le pide Jesús a la Iglesia?
○ La familia de los santos es la fuente que el Señor busca.
El Señor Jesús pide agua.
No nos quedemos quietos.
○ Cada persona es la fuente a la que viene Jesús;
Por lo tanto no podemos decepcionar al Señor.
Él nos dará el agua de vida eterna.
- El Señor clama por la sed
No tapemos nuestros oídos
Él recompensará al que le de agua. (Mateo 25:35)
Juan 4:1-14
1 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan
2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
3 salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
4 Y le era necesario pasar por Samaria.
5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.
10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Resumen
Acepte que Jesús es Dios
Dios existe por sí mismo. Desde antes de la creación del Cielo, desde antes de la eternidad, la Palabra estuvo con Él, y la Palabra creo a toda la creación. La única forma para que el hombre pueda conocer al Dios que no puede ser visto es por medio de la palabra. Esa palabra se manifestó al hombre a través de la creación y por medio de los profetas. En el momento preciso, Dios envió la Palabra a esta tierra. Manifestó al Dios que existía en el seno de Dios.
Jesús de Nazaret, es el Dios que estuvo en el seno de Dios. Sin embargo, no hubo nadie que reconociera la verdad de que Él era Dios. Sus familiares lo llamaron loco por llamar a Dios, Padre, e incluso entre los judíos hubo muchos que siendo espirituales no lo aceptaron. Él fue menospreciado, fue latigado, e insultado de muchas formas y terminó muriendo en la cruz. Este es el trato que Dios recibió al venir a esta tierra el cual es extremadamente espantoso.
Los cristianos son los que creen en el Jesús que fue maltratado y despreciado, el Hijo de Dios que fue concebido por el Espíritu Santo, y el Dios que estuvo en el seno de Dios. Las personas del mundo aceptan a Jesús como una persona buena, o una persona que amó a los hombres, o una gran persona con un ideal especial. Sin embargo, no importan cuánto una persona respete a Jesús, si no acepta la verdad de que es Dios entonces no podrá recibir la salvación.
El unigénito de Dios en este instante no está en esta tierra. Sin embargo, por medio de los que creen en Dios hace que puedan tener el nombre de Jesús por el Espíritu Santo. Nosotros por medio del Espíritu Santo tomamos de la sangre y comemos la carne de Jesús, y por medio del Espíritu Santo al ser poseedores de Su nombre obtenemos la autoridad de ser hijos de Dios. La autoridad de ser hijos de Dios es el derecho de heredar las cosas de Dios. Los que tienen el nombre de Dios son los que al igual que Jesús heredarán el Cielo. Lo triste es que hoy en día los cristianos aunque tienen a Dios en su interior divagan como quienes no saben donde está Dios.
Al que acepta la verdad le es manifestada
Una vez un vendedor de yeot (dulce coreano) compró un boleto de lotería, y ocurrió que gano el primer premio. Aunque las personas a su alrededor lo felicitaban por haber ganado el primer premio de la lotería, él no acepto fácilmente la realidad de que él tuviera tan buena suerte. Luego, al aceptar la verdad de que había ganado el primer premio, se desmayo de la sorpresa. No importar la magnitud de lo sucedido, si esa persona no lo acepta, no ocurrirá ningún cambio, pero en cambio, en el momento en que acepte esta verdad vendrá una gran sorpresa.
No mucho después que una mujer había visto a su madre y regresó a su casa, recibió un mensaje. En el mensaje estaba escrito, “Fallecimiento de la madre”. Esa mujer que no sabía leer dejó el mensaje a un lado y fue a trabajar en el campo como si nada hubiera pasado. Al anochecer su esposo regresa a la casa y la mujer dando el mensaje a su esposo le pregunta que es lo que decía. El esposo sorprendido dijo, “¡Tu madre ha fallecido!”, pero la mujer que no hace mucho había ido a la casa de su madre no creyó en las palabras de su esposo. “No bromees.” “No estoy bromeando cariño, ¡tú madre ha fallecido verdaderamente!”. Aunque la noticia de que la madre había fallecido viniera, si no se acepta la verdad el mensaje terminará siendo un pedazo de papel, sin embargo, en el momento en que esa mujer aceptó la verdad fue sorprendida.
La razón por la cual las personas, aunque hallan recibido la salvación, no son conmovidas con esto es porque no han aceptado esta verdad. Aunque han recibido el gran derecho de heredar el Cielo, las personas que no aceptan esta verdad no tendrán ningún gozo sobre esto. De la misma forma que Esaú tomó la primogenitura a la ligera, muchas personas toman a la ligera la verdad de que son hijos de Dios. No importa que tanto se esfuerce para leer la Biblia, orar mucho, o tengan una gran personalidad, la persona que no cree en la Palabra de Dios, tiene que recordar la verdad que en los postreros días serán echados en el lago de fuego como las espigas son quemadas en el fuego.
Con los ojos del hombre no podemos ver a Dios. Dios envía la imagen de su sustancia a esta tierra para que el hombre viera. Jesús es la imagen de Su sustancia. En Jesús están las cualidades y personalidad de Dios, la gloria y poder, están todas las cosas. Sin embargo, también es infructuoso ver a Jesús con los ojos, pero aceptar la verdad de que es el Hijo de Dios. De la misma manera las personas que asisten a la iglesia pero no aceptan la verdad de que son hijos de Dios no son hijos de Dios. Las personas que escuchan y aceptan la Palabra tienen valor. Esto es lo mismo que recibir la bendición. Aunque Dios prometa la bendición en abundancia, las personas que no aceptan esto no podrán recibir nada.
Acepte que Él que está pidiendo agua es Dios
Jesús se encontraba en uno de los pozos de Samaria. Él le pidió a la mujer que estaba sacando agua del pozo que le diera agua. La mujer sorprendida dijo, “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?” En esa época los judíos trataban a la gente de Samaria como gentiles. En esas circunstancias Jesús tuvo uun encuentro con la mujer samaritana. Jesús le dijo a la sorprendida samaritana, “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.” (Juan 4:4-10).
El Señor aún ahora está pidiendo agua a los hombres. El agua que Él esta pidiendo no es eterna, sino que solo son cosas que Él necesita por un momento en el mundo. Nuestras posesiones, en conclusión no son eternas. Nuestra carne y riquezas son cosas que usaremos por un momento mientras estemos en esta tierra. Sin embargo, para el Señor quien tiene sed, cada uno de nosotros somos como el pozo. De la misma manera como en el pasado el Señor fue al pozo de Samaria, ahora viene hacia nosotros. El Señor nos está pidiendo agua.
Hoy en día muchos ignoran las palabras del Señor que dice, “¡Dame agua!”. El Señor les dice a las personas, “Como tengo sed, obedece a este deber que te doy.” Aunque el Señor nos este suplicando, “Se fiel a este deber y alivia mi sed.”, las personas hacen como si no escucharan. Esto es porque no conocen quien es Él, y no aceptan el gran regalo que nos dará. Jesús en los treinta y tres años que estuvo en esa tierra siempre tuvo sed. Él siempre teniendo sed buscó a la persona que le diera de beber, pero fue colgado en la cruz y aún así suplico por agua. El Señor que tuvo sed exclamo, “¡Come mi carne, bebe mi sangre! ¡Toma mi nombre!” Usted, ¿por qué no escucha el clamor ardiente del Señor? ¿por qué ignora las suplicas de Él que tiene sed?
El Señor quiere que nosotros aceptemos. Sus familiares, vecinos y las personas de Jerusalén que pensaron que conocían bien sobre Él, todos no lo reconocieron. Nosotros hoy en día por medio del Espíritu Santo conocimos que Él es Dios. Esto así nosotros debemos poder darle agua. Aunque haya muchos que fueron llamados, pocos son los que son escogidos. ¿Qué tipo de personas pueden ser escogidas? Las personas que respondieron con obediencia al llamado del Señor sediento. Solo por medio del Espíritu Santo podemos obedecer al llamado del Señor que tiene sed. Siempre estemos llenos del Espíritu Santo y respondamos al llamado del Señor que tiene sed.
Carta de Simuón
La Navidad es una bendición
El unigénito de Dios
La manifestación de Dios
No vino para ser servido,
sino para servir
y dar Su vida.
Mi alma a muerto por causa del pecado,
Pero fue resucitada a vida por Jesús.
Que la vida de Jesús,
mediante la resurrección,
habite en mi alma, por siempre.
Amén
D.C. 2016, 26 de diciembre
Columna de Adoración del Día del Señor
Pastor Ki-Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri