2016.07.31 – La sangre y la vida
in SermonesLa sangre y la vida
(Juan 6:52-59)
Dios,
Para salvar a la humanidad,
Envió el Hijo al mundo para que derramara su sangre.
Si Dios
Observa pecado en el hombre
Le envía castigo,
Pero si ve la sangre del Hijo
Derrama su gracia. (Hebreos 13:12)
El pecado atrae muerte y destrucción;
Pero,
Aunque la sangre puede hacer desaparecer el pecado, (Levíticos 17:11)
La única manera
De limpiar eternamente el pecado del hombre
Es la sangre del Hijo de Dios. (Romanos 3:25)
Cristo tomó como Iglesia
A los que fueron limpiados por su sangre.
Y hace que la anuncien.
Según el Padre
Esta
Gloria que compartiremos en el día postrero (Romanos 8:17)
Es algo de lo que no debemos avergonzarnos.
○ No podemos olvidar que la sangre del Señor
Cubre nuestro pecado
Ante los ojos del Padre.
○ La sangre que se nos anunció
Tiene su base en la negación de sí mismo, el sacrificio, el servicio (Hebreos 13:17)
Y la obediencia al pastor.
○ Para que en el Cielo participemos de la gloria del Señor
Debemos participar del sufrimiento,
Aunque no tengamos gloria en este mundo.
※ Complazcamos al Señor
Haciendo crecer la Iglesia juntos.
Juan 6:52-59
52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
Resumen
La vida de Dios esta en la sangre de Dios
Las personas ocasionalmente mal interpretan que el amor incondicional hacia la humanidad es una obligación de Dios. Sin embargo, Dios no es un ser que ama y acepta a todo pecador. Esto es porque Dios no puede dejar por sí, su voluntad. Para que Dios acepte a la humanidad primero la humanidad tiene que deshacerse de la carga del pecado que tiene; esto es algo imposible si el Dios que no tiene pecado no toma el pecado de la humanidad. Por eso, Dios envió a su Hijo a esta tierra haciendo que sufriera la pena de muerte, y hace que por medio de la sangre del Hijo el precio del pecado de los hombres sea pagado.
Por medio de la sangre de Jesucristo recibimos la redención, es decir el perdón de pecados (Efesios 1:7). En el proceso en el cual el precio del pecado de la humanidad fue pagado, en su conclusión para Dios tampoco fue fácil. El Señor atravesando ese difícil proceso nos da a nosotros la sangre de Dios. “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.” (Juan 6:53). La sangre de Jesucristo es la sangre que bajo del Cielo. Esa sangre nos da la vida.
Dios para realizar la obra de la sangre continuamente enseña la importancia de la sangre. Desde Caín Dios responde sensiblemente sobre el asunto de la sangre, y a los Israelitas ordena que den sacrificio por medio de la sangre de las bestias enseñándoles que para solucionar el asunto del pecado se necesita la sangre. Y al final cuando el Hijo de Dios, Jesucristo vino a esta tierra, la historia de la sangre que Dios había determinado y preparado fue completada.
La iglesia de Cristo es el fruto de la sangre
Como conclusión de que Dios haya derramado su sangre, apareció la iglesia. En la iglesia está la sangre de Cristo. Como dice en Hechos 20:28, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.”, Dios compró a la iglesia con su sangre. Por lo tanto, la iglesia es el lugar en donde Dios dio de forma ilimitada el valor y la esperanza.
Desde Génesis hasta Apocalipsis todo los temas escritos en la Biblia son desarrollados centrados en la sangre de Dios. El hecho de que el Hijo de Dios haya derramado su sangre es la mejor consideración que Dios pudo tener hacia la humanidad, y es el esfuerzo más grande que Dios hizo por la humanidad. Dios nos da con toda su fuerza, voluntad y corazón lo mejor, entonces ¿qué es lo que nosotros debemos hacer con respecto a la iglesia que compro con Su sangre?
En este momento, estamos viviendo en el tiempo de la gracia. Sin embargo, no debemos concluir que Dios es un ser que siempre da la gracia. No debemos tomar la gracia como algo obvio y actuar todavía como el viejo yo. La razón por la cual Dios es paciente con nosotros es porque dentro de nosotros está la sangre de su Hijo. Debemos ser aptos para el Dios que tiene su corazón y mirada en la sangre de su Hijo.
El ser que es santificado por la sangre recibe el deber del llamado de la sangre
Hay una vida que Dios espera de nosotros. Por medio de la forma en que fue dado el sacrifico en el tabernáculo nos muestra qué es esta vida. Los israelitas al hacer el sacrificio, el tabernáculo y todos los instrumentos que fueron usados fueron santificados por el derramamiento de la sangre de las bestias sobre ellos. Y por la misma razón la sangre fue derramada alrededor del tabernáculo y en el cuerpo de los sacerdotes. De esto nos dice Hebreos 9:22, “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” La razón por la cual así fue derramada la sangre es porque sin el derramamiento de sangre no puede ser santificado, y si no es santo no puede ser usado por Dios.
Dios por medio de la sangre de Jesucristo nos santifica. La sangre de Dios no es un símbolo o un concepto sino que es una realidad. La sangre de Jesús que está dentro de nosotros hace que Dios no vea nuestro pecado. Los que temían a la muerte por medio de esa sangre ya no temen más a la muerte, a los seres que estaban en la frustración por medio de esa sangre no volverán a ceder ante la frustración. Por medio de esta sangre también hace que nosotros tengamos el corazón de arrepentimiento. Vuelvo y repito, hace que nosotros cambiemos nuestra postura del corazón y nos da la voluntad de ir delante de Dios.
En Hebreos 9:14 dice, “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” El hecho de que hoy en día somos usados por Dios es porque la sangre de Cristo está dentro de nosotros. De la misma manera como los utensilios fueron santificados por la sangre y usados como instrumentos santos en el tabernáculo, nosotros quienes somos santificados por la preciosa sangre podemos sostener el deber santo de Dios.
El deber que hemos recibido es derramar la sangre de Cristo en las personas, y hacer que aquellos quienes ya han sido derramados con la sangre puedan continuar en ello. Como Jesús para santificarnos recibió el sufrimiento, es apropiado que nosotros también para sostener el deber dado por el derramamiento de la sangre, tengamos que esforzarnos.
Demos todo por la responsabilidad de ser santos miembros
Siendo miembros de la iglesia que el Señor compró con su sangre, tenemos que cargar juntos con la iglesia. Como en el pasado éramos esclavos de la muerte, todos los frutos de nuestras acciones eran de muerte. Sin embargo, ahora somos libres del pecado y hechos santos miembros, quienes producen frutos santos, es decir, obtendremos la vida eterna. Nosotros, convirtiéndonos en el cuerpo del Señor, ciertamente tenemos que tomar las responsabilidades que trae con ello. Las palabras de Jesús, “Bebe mi sangre” quiere decir que recibamos la redención por medio de la obra de Cristo, y las palabras, “Come mi carne” quiere decir que sirvamos a la iglesia. El ser que al tomar la sangre del Señor recibe la vida tiene que ser usado por la el Señor, quien guía a la iglesia.
El Señor desea presentarnos delante del Padre Dios como santos, sin mancha e irreprensibles (Colosenses 1:22). Él no desea que al estar delante del Padre seamos avergonzados, sino desea que tengamos junto con Él esa gloria que Él tiene. Ahora que la puerta de la salvación está abierta a cualquiera, no significa que debemos tomar ligeramente la gracia de la preciosa sangre. El que es revestido de la gracia de la preciosa sangre es el sacerdote que sirve a Dios. No debemos dejar la oportunidad que se nos fue dada, sino que debemos servir a la iglesia que fue comprada con la sangre de Dios.
De ninguna manera debemos ofender o tomar ligeramente la sangre de Jesús. El molestar a la iglesia que fue comparada con la sangre del Señor, y el blasfemar la obra del Espíritu Santo al no testificar de la preciosa sangre del Señor es ofender la sangre de Jesús. Tampoco debemos hacer que los santos, quienes fueron hechos Cristianos por medio de la preciosa sangre de Cristo, tengan un momento difícil. La salvación del Señor está en la iglesia. Fuera de la iglesia no hay otro lugar en donde podamos encontrar la sangre de Jesús. Por medio de la sangre del Señor recibimos la vida, santidad, poder y esperanza. Ahora tenemos que convertirnos en seres que sean usados según la voluntad de Dios.
Pastor Lee Ki Taek
Centro de Misión Sungrak
Carta de Simuón
Mientras he alcanzado la postrer parte de mi vida, no he temido, sino que plenitud de esperanza yace en mi alma. En el día que me despida del mundo, no puedo esperar regresar al mundo ni mirar atrás. Y a mi entender no puedo reunirme con mi familia e hijos después de mi muerte, solo puedo seguir hacia delante.
Por los últimos sesenta años, mientras me he dedicado a la verdad, solo me he esforzado por proteger la misma, sin ceder. Nunca he actuado cobardemente para recibir el honor secular y los beneficios mundanos, incluso con dificultad, abandonando mi propio honor. Con respecto a esto, por lo menos, ¿merezco ser confiado? He estado completamente convencido en el mensaje que he entregado y esto prueba que mi mensaje ha estado lleno de vida.
Aunque alguien me ofreció una gran oportunidad de recibir honor, la rechace, y aunque otros me dicen algunas palabras que aparentan ser de consuelo, no les escuche. No es por mi propia naturaleza innata o características, sino porque amo y creo en la verdad que he insistido, solo en la verdad, perdiendo amigos, discípulos e incluso miembros de mi iglesia. No obstante, el poder y prodigios que emanan de la verdad fluyen como ríos de agua viva. Si no hubiera verdad en el mensaje, Dios habría quitado el poder y la inspiración que me ha dado.
Creo que Dios, quien es recto, ayuda a aquellos que son rectos. Como ya no me quedan muchos días para entregar el mensaje en el púlpito, gastare mi preciado e invaluable tiempo de la forma más bendecida. El mundo habla las palabras que pertenecen al mundo y el mundo las escucha, pero como le pertenecemos a Dios, sabemos que aquellos que le pertenecen a Dios escuchan este mensaje.
¡Cuan afortunado soy, que he obrado por el Espíritu Santo y testificado el nombre de Jesús toda mi vida! Mirando atrás, encuentro que soy una persona que no es merecedora, que no tiene razón para ser elogiada. Sin embargo, incluso si fuera un pollino, sería un pollino para el Señor y atravesaría la puerta estrecha que Él quiere que atraviese. Así como un pollino con experiencia puede ajustar el paso y la dirección de acuerdo a la intención de su dueño, simplemente al ver la sombra de su azote, seré como el pollino y le serviré al Señor.
¡Señor! ¡Empújame más! ¡Azótame para que corra más! Azótame para que este viejo pollino no sea perezoso. Déjame tener más poder para que pueda correr más lejos y no caer si estoy cansado. Ahora, el camino de servirte no va mucho más lejos. Por favor, no permitas que neciamente tenga algún lamento y piense, si fuera un poco más joven … He derramado todo mi corazón para instruir a los santos. Como tienen su propia voluntad, ellos realizarán la obra que el Señor les ha encomendado. Que ninguno de nosotros se preocupe demasiado sobre las voces del mundo. Esta es la voluntad del Señor. Amen.
Columna de Adoración del día del Señor
Pastor Ki-Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri