2016.06.12 – El alma que se convierte en hija de Dios
in SermonesEl alma que se convierte en hija de Dios
(Juan 1:1-18)
Dios
Es uno.
Él
Habitó eternamente por sí mismo con el Hijo
Y por Él y para Él creó todas las cosas. (Juan 1:1-3)
Quien da a conocer esto
Es el Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad. (Juan 16:13-14)
La Verdad es el Verbo, (Juan 14:6)
El Verbo es luz y vida,
Su nombre es Jesús.
Quien tiene el nombre de Jesús
Obtiene la autoridad de ser llamado hijo de Dios (Juan 1:12)
Y puede ver la gloria del Padre Dios. (Juan 1:14)
Los hijos de Dios son excelentes ciudadanos.
Este amor que se recibe por primera vez
Es la fe. (Apocalipsis 1:4)
La fe no es religión.
Aunque la religión, la ética y la moral
Pueden formar hombres íntegros,
No pueden dar la gloria de hacerse hijo de Dios.
Quien no desecha el primer amor participa de la vida eterna.
○ Seamos ciudadanos de primera clase.
Vivamos eternamente honrando el nombre de Jesús.
Alumbremos con este nombre y vivamos de forma resplandeciente.
○ Hemos recibido el primer amor que es eterno,
Este es el verdadero amor de Dios
Y con ese amor debemos amar al prójimo.
○ Tengamos la inspiración espiritual para ser ciudadanos de primera clase
Y disfrutemos la autoridad de ser hijos de Dios.
Sigamos al Señor.
※Somos ciudadanos de primera clase,
Ciudadanos del Cielo,
Hijos de Dios.
Juan 1:1-18
1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Resumen
Nosotros, los que recibimos el amor de Dios
Dios es amor (1 Juan 4:8). Dios es invisible al ojo humano, pero su existencia en real. Dios ama a todos los hombres del mundo, pero muy pocos reciben su amor, porque es invisible. Hemos recibido el amor de Dios y habitamos allí. Aunque según los ojos del mundo hemos escogido el cristianismo entre otras religiones, nosotros no somos religiosos, sino personas que han recibido el amor de Dios.
Hay algunas hormigas que dan su cuerpo como alimento para sus hijas. Luego de alimentarse de su madre y crecer, la madre ya no existe. Ellas nunca logran ver a su madre, pero no significa que no recibieron su amor. En la actualidad muchas personas no entienden el amor de sus padres y les reprochan todo. Sin embargo, no es que los padres no amen a sus hijos, únicamente el desconocimiento de este. Los padres se sacrifican completamente por sus hijos criándolos en amor. De la misma manera, Dios nos ama. Aunque no podemos ver el amor de Dios con nuestros ojos no podemos despreciarlo.
Guardemos el nuevo mandamiento de Dios y amémosle
Adán no robó ni asesinó. Él únicamente tomó del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Sin embargo, por este hecho toda la humanidad recibió como destino el infierno. “Porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:17) es el mandamiento de Dios. El hombre, quien desobedeció a Dios, fue destinado al infierno por desobedecer el mandamiento de Dios. Sin embargo, Jesucristo cargó con el precio del pecado del hombre. Así como una hormiga entrega su cuerpo por sus hijas, antes de que conociéramos su nombre, Él mismo entregó su cuerpo por nosotros manifestándonos de esta manera el amor de Dios.
En el pasado, cuando éramos pecadores, no teníamos el poder para amar a Dios en nosotros. Sin embargo, a través del amor de Dios, hoy se nos fue abierta la puerta para amar a Dios. Jesús dijo que si amamos a Dios le amamos a Él, y que si le amamos a Él, guardamos sus mandamientos. El que guarda el mandamiento de Jesús al amar el prójimo está amando a Dios, Y quien ama a Jesús, ama a quien le envió. Las personas que aman a Dios reciben su amor, son amados por Jesús y manifiestan este amor (Juan 14:21)
Si amamos al prójimo haremos que reciban la salvación y los convertiremos en discípulos. Esto no significa enseñarle a las personas que ya tienen una vida de fe. Esta actitud crea división en la iglesia. Primero debemos servir al prójimo a través del amor, luego debemos guiarlos a Jesús y hacer que reciban la salvación. Además, al criarlos debemos hacer que se conviertan en discípulos que conozcan a Jesús.
Produzcamos el fruto que Dios espera
El Señor nos dijo que seríamos la luz y la sal del mundo, además nos dijo que “ Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:13-16). La definición de “buenas obras” es diferente a la idea que se tiene en común. Hechos 10:38 dice “ cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” Las ‘buenas obras’ son definidas en la Biblia como hacer la voluntad de Dios. Al cumplir la voluntad de Dios podemos convertirnos en sal y luz de Dios.
Los que realmente aman a Dios aman con carácter materno al prójimo, lo evangelizan y lo convierten en discípulo, así como una hormiga entrega su cuerpo por sus hijas. Al hacer esto viene mucha persecución. A pesar de todo hay que cumplir la voluntad de Dios y no rendirse. Los que hacen esto podrán tener gran cantidad de frutos así como un árbol que tiene raíces sanas. Por otra parte, los que no tienen fruto son como las ramas que se secan y son echadas al fuego.
Hay personas que critican el crecimiento de la iglesia. La verdad es que si se aumenta el número de miembros se vuelve tarea difícil para el Pastor. Sin embargo, el Pastor se esfuerza por reunir más personas para cumplir así el mandamiento del Señor. Alimentar y apacentar el rebaño del Señor es amarle. No somos aquellos que siguen la moda, sino que hacemos que ellos nos sigan. Debemos convertirnos en modelos de amor hacia el prójimo, esta es nuestra labor.
Únicamente al guardar el mandamiento del Señor amando al prójimo, debemos ser árboles que produzcan abundante fruto. El Señor dijo que Él cargó nuestros pecados, por lo tanto debemos guardar su nuevo mandamiento. El Espíritu Santo que vino a nosotros nos hace recordar todo esto, nos hace entender la verdad del nuevo mandamiento del Señor. La razón por la que la gente ora al Señor, pero no recibe la respuesta es porque no ha guardado el nuevo mandamiento. Llegará el momento cuando se lamentarán aquellos que como los fariseos se creen santos. Si realmente amamos al Señor debemos guardar el nuevo mandamiento y apacentar las ovejas.
Pastor Lee Ki Taek
Centro de Misión Sungrak
Carta de Simuón
En un abrir y cerrar de ojos, ya casi he alcanzado los 80 años. Cuando era joven pensaba que no tendría nada que lamenta si pudiera vivir hasta los 60 años. Mi abuelo falleció a sus cuarenta, mi suegro y mi padre murieron durante la Guerra de Corea mientras estaban en sus cuarenta, fueron incapaces de vivir su completa expectativa de vida, y otros tíos paternos también murieron a sus cincuenta. Por ende pensé que si pudiera alcanzar los sesenta años, habría vivido una vida plena. Sin embargo, mi madre falleció a la edad de ochenta años, seguido por mi hermana que vivió más de ochenta años, por esto me doy cuenta que estamos viviendo en la época de los centenarios.
¡Como 20 años por encima de la edad que esperaba vivir, sé cuán bendecido soy! Solía tener la esperanza: “Si pudiera por lo menos vivir cincuenta años como pastor…”, afortunadamente he sobrepasado los cincuenta años. Desde ese momento tomé la decisión de que soltaría todas mis cargas a los cincuenta años de mi ministerio, he esperado por ese momento con dificultad y ansiedad.
Esto es porque no soy una persona perfecta y he pasado tiempos muy difíciles por mi débil y no adiestrada personalidad. Debí haber aprendido más de mi maduro padre y ser educado en la escuela sobre la ética y la personalidad en una forma ordenada, pero como el tiempo en el cual pude entrenarme a mí mismo se ha desvanecido como un diente perdido. Así que mi personalidad no tenía buenas raíces, no era refinada y era desorganizada, por esto tengo muchas fallas en mi personalidad
Como persona siempre he sentido vacío y he vivido con una personalidad defectuosa, solitario como un huérfano o un viajero. Esto se puede deber a mi personalidad, la cual no es pulida, sino áspera. Así que mis pensamientos se distraen con facilidad. Sería egoísta sin esperanza, y muchos de mis problemas serían expuestos a través de mi comportamiento, similar a una egoísta y testadura cabra. Esto es, sería hipócrita y cometería muchas equivocaciones, las cuales se convierten en errores que no pueden ser cambiados, que nunca podrían ser limpiados.
Por supuesto, soy justificado por Dios a través de la fe en Jesucristo y sellado como santo, pero no ante los ojos de otros, lo que me avergüenza y me provoca ansiedad. En otras palabras, aunque Jesucristo me perdona, soy una media persona que no es perdonada por los otros.
Ahora, aunque deje la posición de Obispo y camine el sendero del Obispo mayor como retirado, no puedo negar jamás que permanezco siendo una figura pública. Una figura pública debería lidiar con responsabilidades sociales y también tomar responsabilidad de sí mismo. Entonces, de la misma forma que si el agua caliente es vertida en un vaso agrietado, rompe el vaso, estoy nervioso pensando si sufriré daño o no. Sin embargo, seré leal ante Dios.
Columna de Adoración del Día del Señor
Pastor Ki-Dong Kim
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri