2016.01.03 – Guardemos el nuevo mandamiento
in SermonesGuardemos el nuevo mandamiento
(Juan 13:31-35)
Dios
Es el Padre de Jesucristo.
Él
Puso a la humanidad
En Jesucristo. (Juan 14:20)
La fe
Está en Jesucristo.
Jesús es nuestro Señor (Mateo 16:16-18)
Y nosotros sus verdaderos discípulos. (Juan 13:35)
Si somos sus discípulos
Debemos hacer lo que nos manda (Juan 14:10-12)
Y seguir sus mandamientos.
Aunque la humanidad murió por la Ley,
A través de Jesús recibió la vida nueva. (Romanos 8:1-2)
Para ser discípulos de Jesús debemos invertir toda nuestra fuerza
Y guardar el nuevo mandamiento espiritual,
Más que la Ley. (1 Corintios 12:3)
Aunque por la Ley estamos muertos,
Por el nuevo mandamiento estamos vivos,
Este testimonio debe manifestarse delante de Dios.
El Espíritu Santo ayuda a los que guardan el nuevo mandamiento.
○ El nuevo mandamiento es más temible que la Ley.
Quien no recibe el nuevo mandamiento
No tiene vida.
○ Quien no guarda el nuevo mandamiento
No puede ser discípulo de Jesús
Es un mensajero incrédulo.
○ Amémonos los unos a los otros.
Exaltémonos los unos a los otros
Y bendigamos las almas de los que son salvos.
※ Aunque el nuevo mandamiento no es Evangelio,
Es la tarea que deben cumplir los que creen en el Evangelio.
Amémonos los unos a los otros.
Juan 13:31-35
31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.
32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.
33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Resumen
Guarden el Nuevo Mandamiento
(Juan 13:31-35)
Por medio de Jesucristo nosotros pudimos ver que Dios es amor
Dios es el Padre de Jesucristo. Aunque no ha habido ni una persona que haya visto a Dios, los cristianos, al creer que Jesucristo es el Hijo de Dios, conocen sobre la existencia de Dios Padre y confían en todas las obras que hace. Las personas que han creído que Jesucristo es el Hijo de Dios reciben la redención de sus pecados por medio de su gracia y méritos, por medio de esa fe recibimos la evidencia del Espíritu Santo.
1 Juan 4:8 nos dice, “Dios es amor”. El concepto de amor de este pasaje, no es que el amor es Dios sino que cuando experimentamos toda la obra que Dios está haciendo, estas son manifestadas en su amor. Lo que la humanidad puede conocer es la voluntad de Dios y el hecho de que Dios es amor.
Jesús, quien cumplió la Ley, nos da el nuevo mandamiento
La Biblia tiene el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El núcleo del Antiguo Testamento es la Ley y del Nuevo Testamento es el Evangelio. La ley fue dada por Moisés y el evangelio fue entregado por Jesucristo, el Hijo de Dios (Juan 1:17).
Aunque la doctrina de la Ley es el amor, la Ley no puede salvar al hombre. El papel de la Ley hacia el hombre fue que ellos supieran que es el pecado y se arrodillaran delante Dios. Los honestos delante de la Ley confesarían, “Yo soy pecador.”, arrodillándose enfrente de Dios. Jesús por estas personas murió en la cruz derramando su sangre, cumpliendo las exigencias de la ley. La exigencia de la Ley es la paga del pecado, la cual es la muerte (Romanos 6:23). Jesús reemplaza a la humanidad y cargó la muerte, por medio de esto da la salvación a todos los que están debajo de la Ley.
El fundamento del Evangelio también es el amor. Sin embargo, la conclusión del evangelio es totalmente diferente a la Ley. El propósito de que Dios haya dado el Evangelio es para que obtengamos la vida eterna. De esto Jesús dijo, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)
El fundamento de La ley y del Evangelio es el amor. El papel de la Ley es hacer que los hombres se arrepientan delante de Dios y el papel del Evangelio es hacer que el espíritu de los que se arrepintieron sea feliz. La vida de fe de los cristianos no es cargar estas dos cosas. Como Jesús ya ha tomado la maldición de la Ley, ya no hay necesidad de que carguemos esa carga. Ahora lo que tenemos que cargar es el nuevo mandamiento que Jesús nos ha dado.
Hay casos en el cual aunque las personas temen la Ley, toman el nuevo mandamiento, dado por el Señor, ligeramente. Sin embargo, la diferencia entre la Ley y el nuevo mandamiento no está entre cual autoridad es más importante. La diferencia está en que, aunque el primer mandamiento no lo puedo cumplir por el hombre, las personas pueden cumplir el nuevo mandamiento. Pero a pesar de todo, si no cumplimos el nuevo mandamiento, no habrá más opción más que una terrible conclusión.
Dios ordena a los que están debajo de la Ley que amen a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su vida, y amen a su prójimo de la misma manera. Pero, dijo que todos los que están en Jesús deben guardar el nuevo mandamiento. Entonces ¿cuál es el nuevo mandamiento? Jesús dijo, “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (Juan 13:34).
Amen con el amor maternal
Muchas personas quieren ver el amor con un punto de vista emocional. Sin embargo, el amor no es emocional. El amor es el amor maternal. Es igual que el amor de María, quien fue la madre de Jesús, que sabiendo que Jesús es el Hijo de Dios le entregó todo su corazón, toda su vida, toda su alma y toda su fuerza. Hasta los discípulos, que prometieron seguir al Señor hasta el final, todos escaparon, pero la madre guió a su Hijo hasta el lugar donde recibió el castigo y estuvo hasta el final. Este corazón de amor es igual al que Dios tiene hacia nosotros. Dios quien por nosotros dio a Jesucristo, nos ama con toda su naturaleza, con toda su alma, con toda su vida y con toda sus fuerzas. Por lo tanto, como María, quien fue la madre del Hijo de Dios, tenemos que convertirnos en la madre de Dios y servirle con todo corazón, toda alma, y con toda nuestra naturaleza. Debemos tener el amor maternal hacia Dios. Y de la misma manera amar a nuestro prójimo con el amor maternal.
¿Qué caso tiene en decirle a una persona que tiene hambre, “Debe de tener hambre. Vaya rápido a la casa y coma.”? O ¿qué caso tiene en solo decirle a una persona que está desnuda, “Debe de tener frio. Vaya rápido y póngase ropa caliente.”? Pero, ¿si nosotros hubiéramos sido la madre de esas personas, en realidad seríamos capaces de solo decirles eso? En el pasado los leprosos iban de casa en casa mendigando. Las personas tomaban a los leprosos como algo sucio, ellos para que se fueran rápido les daban el arroz que había sobrado en cualquier forma. Sin embargo, si hubiéramos sido las madres de esos leprosos, ellas no las hubieran tratado de cualquier manera.
Cuán grande es la paciencia de una madre. Aunque un bebe nazca en el mundo, sin la paciencia de la madre no podrá sobrevivir. La mamá tomando toda las irritaciones y quejas del bebe, se sacrifica y tiene paciencia. Aun así, los hijos no lo sepan. Nosotros debemos predicar con el amor maternal, debemos enseñar a los espíritus con el amor maternal, y debes sostener el cargo dado en la iglesia con el amor maternal. Debemos recibir el Reino de Dios con el amor maternal.
Guarde el nuevo mandamiento y sea verdadero discípulo
Jesús dijo, “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:35). El santo quiere decir que es el santo discípulo. La Biblia diferencia entre los discípulos, los santos, y a los que solo llaman al nombre de Jesús (1 Corintios 12:1-2). Sera que ustedes son santos o son religiosos que solo claman el nombre de Jesús. Jesús nos dice, “Si vosotros permaneceréis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos.” (Juan 8:31). Las personas que quieren ser verdaderos discípulos, deben tomar la palabra del Señor como casa y morar dentro de ella. Tiene que ser el que cumple el nuevo mandamiento.
Mi familia tiene que ser discípula de Dios, mi descendencia tiene que ser discípula de Dios, y mis parientes también tienen que ser discípulos de Dios. El que recibe las enseñanzas del maestro así como es, es el discípulo. Si vemos en la noticias siempre podemos encontrar noticias de estudiantes que comenten un acto violento contra su maestro. ¿Cuán grande es la cantidad de personas que se hacen llamar santos pero que actúan violentamente hacia Dios? Nosotros somos quienes amamos a Dios y de la misma manera debemos amar a nuestro prójimo. No podemos dejar que nuestro prójimo vaya en el camino de la destrucción. Si ellos hubieran sido nuestros hijos, será que los hubiéramos dejado que se destruyan. Somos discípulos de Dios. Por lo tanto, debemos guardar el nuevo mandamiento que el Señor nos ha dado.
Carta de Simuón
De ninguna forma, mi acto de resignación implica alguna forma de rendición o abandono, sino más bien el reconocimiento de una oportunidad perdida. Por esta razón no lo considero como una renuncia. Si en algún momento me decidí a cumplir algo, y si su objetivo era benigno, me esforzaba hasta completarlo.
En el día que mis sueños de entrar a la escuela intermedia colapsaron, no me desalenté; por el contrarió, reconocí que perdí una oportunidad y reposicioné mi andar para encontrar otra secuencia de pasos que pudiera tomar. A luz de esto, constantemente estaba en una profunda contemplación sobre la forma en que podría ganar suficiente dinero para pagar y completar mis estudios, tanto que consideré todo lo que hice como algo digno de aprender. No había demostrado descuido o negligencia en ninguna de las obras que realicé.
Mientras trabajé en la granja de alguien más, tomé el hábito de tratar de entender el concepto de cada actividad que realicé. Entonces, con respecto a cuánto he aprendido y conocido, mi año de trabajo se sintió extrañamente como si hubiera estado allí por 20 años. Dichosamente, mi comportamiento pasado se ha vuelto verdaderamente beneficioso para mí en el ministerio, tanto hablado como escrito. De esta forma la sabiduría surge de la raíz de todo lo que realizamos.
Donde no hay fundamento no hay fruto, no tiene sentido. Antes de que me hubiera convertido en un siervo de Dios, no era más que un ser humano, una masa de carne sin ningún propósito. No tenía razón para vivir, en vez de esto, viví por vivir y esto se convirtió en el único motivo para mi pelea contra la muerte. No obstante, todo era por la carne. Fue después de ser arrastrado por la poderosa gracia de Dios que vine a conocer el propósito de mi vida, y por esto corro y batallo.
Incluso, las hermosas flores tienen una base, una raíz, y de la misma forma, solo esas plantas que tienen esta base darán frutos y permanecerán vivas. Esto es lo que llamamos naturaleza. También tengo una parte natural y otra espiritual. La primera eventualmente regresará a la tierra, mientras que mi ser espiritual será levantado para entrar al reino de los Cielos. Esto es verdadero. A consecuencia de esto, tengo un firme entendimiento de la naturaleza y la verdad. De mi cuerpo viene la literatura y de mi espíritu viene la Verdad y el Evangelio. Entonces, al conocer que mi cuerpo regresará al polvo, espero hacer todo lo que puedo antes que llegue el día, protegiendo y amando todo lo que es precioso para mí, mientras espero hacer lo mismo por mi espíritu, haciendo lo mejor que pueda por todas las obras espirituales.
Mientras me embarco en una vida de desarrollo de estas dos facetas, recuerdo las palabras de la enseñanza de Jesús “Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”. La Biblia enseña que aquellos que son de confiar con las riquezas del mundo son personas que pueden ser confiadas con las verdaderas riquezas. Ciertamente, él será confiado con muchas responsabilidades importantes. En cuanto a mí, también he perseverado para vivir tal vida.
¡Oh, mi Señor, solo deseo ser un humilde siervo listo para realizar tu voluntad!
Pastor Ki-Dong Kim
Columna de Adoración del Día del Señor
Créditos
Centro Misionero de Traducción Simuón
Resumen: Pastor Ki Taek Lee
Centro Misionero de Traducción Simuón. Departamento de Castellano
Interpretación: Ministro Da Un Chung y Eun Sol Jang
Traducción: Ministro Da Un Chung, Eun Sol Jang y Richard Olivieri